En la época de las telecomunicaciones por satélite, con la tecnología informática a nuestro alcance, resulta llamativa la revolución que pudo suponer para nuestros antepasados la llegada del telégrafo.

La segunda mitad del siglo XIX nos trajo grandes revoluciones sociales y una de ellas sin duda fue la construcción y puesta en funcionamiento de los ferrocarriles en España. A nuestro pueblo el ferrocarril llegó con prontitud en una época social y políticamente muy activa.

Según consta en las Actas de los Plenos del Ayuntamiento de Alpera de fechas 28 de Julio de 1872 y 7 de Septiembre del mismo año “ a distancia de una hora de este pueblo existe un manantial de muy buenas aguas en sitio denominado El Saltador, de caudal bastante para el abastecimiento de este vecindario, y de cuyas aguas pudiera surtirse el pueblo haciéndose para su traída las obras necesarias”. Para el estudio de dicha obra se tenían presupuestadas ese año la cantidad de mil pesetas. En el presupuesto.

El seis de abril de 1902, en sesión extraordinaria de nuestro Ayuntamiento, se acordó la necesidad de establecer el alumbrado público a base de electricidad, ya que tal como se argumentaba en el acta de dicha sesión “ teniendo en cuenta que aún a pesar del gasto de combustible y reparaciones, siempre el servicio es incompleto y defectuoso y se carece de luz en las noches de más precisión, como son las de lluvias, nieves y vientos huracanados”

Al igual que en la actualidad un grupo de personas se encarga de organizar las fiestas, hace más de 120 años también había una comisión encargada de las fiestas. Gracias a la conservación de un programa de fiestas de 1882 podemos confirmar que ya se hacían los rollicos de la Santa Cruz. Que también se bendecían el día de la Santa Cruz, tal y como hacemos ahora se repartían el día de la fiesta. Lo que parece que ha cambiado un poco es la Procesión, pues la realizaron el día 4 y no el tres, aunque bien es verdad que el día tres la Santa Cruz estaba presente en el reparto de los rollicos, como dice el programa en el punto de su distribución.