Al igual que en la actualidad un grupo de personas se encarga de organizar las fiestas, hace más de 120 años también había una comisión encargada de las fiestas. Gracias a la conservación de un programa de fiestas de 1882 podemos confirmar que ya se hacían los rollicos de la Santa Cruz. Que también se bendecían el día de la Santa Cruz, tal y como hacemos ahora se repartían el día de la fiesta. Lo que parece que ha cambiado un poco es la Procesión, pues la realizaron el día 4 y no el tres, aunque bien es verdad que el día tres la Santa Cruz estaba presente en el reparto de los rollicos, como dice el programa en el punto de su distribución.

 

Alpera, mayo de 1882. Los alperinos se preparan para celebrar la fiesta a la Santísima y Vera Cruz de Alpera.

Para ello, lo mismo que en la actualidad la comisión prepara los actos a realizar en esos días tan señalados para todos. Según el documento de la época que he podido consultar la fiestas comenzaban el día 2 a las 12 de la mañana con “un pasacalles con la banda”

A las 5 de la tarde se citaba a los vecinos y forasteros en el camino de los Olmos para la celebración de las carreras de caballos. Al término de estas se proponía “ un entretenido juego también a caballo y a la carrera para coger un pollo colgado al efecto”

El día festivo terminaba con el disparo de una “bonita cuerda en la Plaza de la Villa, precedida de un pasacalles por la brillante banda municipal”.

El día 3 los actos comenzaban al alba con una diana interpretado por una sección de la banda. A las 9 de la mañana tenía lugar la misa solemne “con asistencia de todas las Autoridades civiles, judiciales y militares, oficiando de pontifical el Párroco de esta población”. Así mismo se anunciaba en el programa que predicaría “el reputado orador sagrado Don Manuel Oñate”.

Al terminar la misa ya se celebraba la tradicional bendición de los rollos “hecha con toda solemnidad y aparato, cuyo acto será amenizado por la banda municipal”.

A las tres de la tarde “conducción de los rollos para el punto de su distribución”. No nos dice el programa donde lo hacían.

El programa continua diciendo que la distribución del rollo “empezará a las 4 en punto de la misma después que esté en aquel sitio el Sacro Madero colocado bajo un magnífico dosel ricamente decorado”

El quinto punto de los festejos del Día de la Cruz de aquel año de 1882 eran las carreras de hombres a realizar por el siguiente trazado: “calles de San Roque, Iglesia y Heras”. Se especifica que se harían tantas cuantas “permita el tiempo y los premios ofrecidos”.

Ya de noche, a las nueve, se convocaba al pueblo en la plaza principal, pues a esa hora se “quemará un magnífico castillo de fuegos artificiales, hecho ex profeso para esta solemne festividad por el acreditado pirotécnico Don Francisco Alfonso”

Como punto final la comisión pedía que las calles estuvieran “limpias y decoradas con gusto”. Y ya por último” ...y los campos regados con benéfica lluvia”. Pienso que sería más un deseo que una realidad.

Para el día 4 de mayo se proponían los siguientes actos. A las 9 de la mañana “función de Yglesia, en acción de gracias por los beneficios dispensados a este religioso vecindario por su venerada reliquia de la Santa Cruz”.

A continuación el programa nos dice que los terminará con “ una lucida procesión por las calles de este pueblo”. Pero nos nos llega a decir el recorrido. Y continúa” amenizada con la banda municipal y con asistencia de todas las autoridades”

Una vez terminada la “lucida procesión” vuelven las carreras de caballos pero esta vez “enjaezados a la usanza del país”. El lugar es el mismo que las anteriores carreras en el “camino de los Olmos”. Y especifica la comisión de fiestas de aquel año “llamado antigua e impropiamente camino de Almansa”

Como colofón tenía lugar la “solemne despedida de todos los huéspedes y forasteros” y “ principalmente de los que estén cansados de fiesta o de la buena acogida que se les haya dispensado”

Rafael Jara Pozuelo